Cuando
se menciona Japón, una de las primeras imágenes que vienen a la cabeza es la de
sus árboles de cerezo. Su flor, conocida como sakura (桜) es la flor nacional de Japón. Los capullos de
colores rosáceos y blancos florecen a finales de Marzo y a inicios de Abril y
significan el inicio de la primavera, que es celebrada a nivel nacional por los
japoneses en el tradicional hanami.
La flor de cerezo o también llamada sakura en Japón pertenece al
género Prunus que incluye varias especies como el
ciruelo, el duraznero, el damasco o el almendro. Su árbol caducifoliopuede
alcanzar hasta 20 metros de altura, cuenta con una corteza marrón o grisácea
con muchas lenticelas. Sus flores son blancas o rosadas de
2-3 cm de diámetro sobre racimos de pedicelos cortos con 2 a 5 flores.
Aunque existe una variedad de sakura
llamada Kikuzakura del Kenrokuen que se
encuentra únicamente en el parque Kenroku en Japón, alguna vez considerado un tesoro natural
de gran importancia. Actualmente se considera en peligro de extinción ya que
solo existen pocos ejemplares de esta especie que pueden llegar a contar con
hasta 300 pétalos en cada una de sus flores.
El cerezo de flor pertenece a la familia de las rosáceas y es originario de China,
Corea y Japón. Tiene el tronco corto de color gris y con fisuras
longitudinales que le confieren un aspecto peculiar. Su copa es extendida, con ramas a veces péndulas. Las hojas del cerezo japonés son delgadas y suaves al
tacto, tienen forma ovoide y acuminada, con el margen aserrado y se disponen de
forma alterna sobre la rama. Las flores son espectaculares: semejantes a pequeñas
rosas, se distribuyen en ramilletes por toda la rama al principio de la
primavera.
Terminada la floración, en los paseos con cerezos de flor,
puede verse una alfombra de pétalos de color rosado cubriendo las aceras.
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